Entre las diversas especies de tortuga que existen en el planeta, la tortuga propia del continente europeo, es la denominada tortuga mediterránea o conocida científicamente como Testudo Hermanni. La tortuga mediterránea es una especie terrestre, que se encuentra principalmente en zonas con vegetación mediterránea, tales como las maquias, olivos y los arbustos; también es común encontrar la tortuga mediterránea en montes y en zonas con ambientes costeros y subcosteros.
En lo que se refiere a la distribución de la tortuga mediterránea, principalmente se encuentra en Europa meridional, lo que ubica a las tortugas en el este de España y en las islas baleares; en el sur de Francia y Córcega; en Italia central, meridional y en las islas mayores; en otros países como Herzegovina, Croacia, Serbia, Montenegro, Macedonia Bulgaria, Rumania, Grecia y Turquía europea y las islas jónicas.
Dentro de la misma especie de la tortuga mediterránea, se pueden encontrar diferentes tipos; de tal manera la población que se encuentra al oeste de los Balcanes pertenece al tipo de T. rermanni hermanni y las del este perteneces al tipo T. hermanni boettgeri.
En las características de la tortuga mediterránea, se puede encontrar la presencia de un caparazón que tiene un tamaño que va de los 13 a los 20 centímetros, pero se pueden presentar algunos ejemplares que llegan a mostrar un tamaño superior, como es el caso de algunas hembras grandes, que alcanzan hasta los 30 centímetros.
La tortuga mediterránea cuenta con 2 escamas sobre la cola; en la punta de la cola tiene una fuerte protección córnea, que con el paso del tiempo toma la imagen de un gancho; además tiene una coloración amarilla con manchas negras en su caparazón y la parte ventral. Estas condiciones físicas de la tortuga mediterránea, le permiten diferenciarse de otras especies de tortugas en el área mediterránea, como la Testudo graeca, Testudo ibera y Testudo marginata.
Debido a las condiciones de los lugares a los cuales pertenece la tortuga mediterránea, la actividad de la tortuga solo se da en los meses de la primavera y en los estivales. Por lo que en el transcurso de los meses de invierno, la tortuga mediterránea permanece enterrada en la base de los árboles o de los arbustos; esto con la idea de mantenerse caliente, gracias a un agujero que las mismas tortugas cavan con sus aletas, logrando hacer huecos de hasta 50 centímetros de profundidad. Al pasar el invierno, la tortuga emerge de nuevo en los meses de abril o mayo.
En lo referente a la reproducción de las tortugas mediterráneas, este proceso tiene lugar de abril a junio, tiempo en el cual las hembras depositan en unos agujeros entre 3 y 8 huevos, lo que dependerá del tamaño de la tortuga y de su edad. En este periodo las hembras pueden desovar en varias ocasiones.
La tortuga mediterránea presenta una dieta básicamente vegetariana, compuesta básicamente por de diferentes plantas silvestres como diente de león, cardo, jaramago, trébol; de igual manera consume alimentos como bayas, frutos y en muy pocas ocasiones acude a la carroña.