A estos parientes del puercoespín no les gusta que los tomen ni que los acaricien.
Basta que un extraño se acerque para que saquen sus púas y comiencen a dar saltos mientras emiten un amenazante sonido. Es que su tierna apariencia no siempre se condice con su temperamento. Fernanda Schäufler, veterinaria experta en animales exóticos y dueña de un erizo, advierte que son ariscos y que sólo se dejan tomar y se abren con su dueño.
Por eso, si la idea es tener una mascota que se pueda acariciar y regalonear, vale la pena pensarlo dos veces antes de optar por uno de estos animalitos. Sin embargo, su naturaleza noctámbula los hace ideales para jóvenes y adultos que pasan gran parte del día afuera.
En el invierno, empiezan su día cerca de las siete de la tarde, horario que en el verano se extiende hasta las nueve. Ahí lo ideal es sacarlos de su caja unos minutos para que caminen.
Durante la noche pueden ser ruidosos, por lo que la recomendación es tenerlos fuera de la pieza. Respecto de su hábitat, lo más aconsejable es un acuario o caja de plástico, ya que a veces se les quedan atrapadas las patas cuando viven en jaulas. El recipiente debe tener viruta, que ayuda a absorber la orina y las fecas.
Son bastante “exquisitos” cuando de alimentación se trata. El único alimento que iguala la calidad de proteínas que entrega su dieta natural (a base de insectos) es la comida de gatos calidad “premium”. La veterinaria asegura que la creencia de que comen manzanas es un mito al igual que el baño. Estos animales no se peinan ni lavan y cualquier salida de la dieta puede derivar en gastroenteritis.
El estrés les puede producir sarna, por lo tanto, hay que evitar despertarlo y sacarlo de su casa durante el día. La temperatura es -literalmente- vital, porque cinco minutos de exposición directa al sol puede causarles la muerte. Hay que mantenerlos entre 22° y 25° C y recurrir a una luz infrarroja o “black light” en invierno.
Los erizos en estado natural viven en cuevas, por lo que hay que proveerles una casa. Eso sí, los géneros no son buenos, porque se les enredan las púas, así que se aconseja usar un macetero boca abajo y cortarle una especie de puerta para que pueda entrar.