Muchas veces nos preguntamos qué le sucede a nuestro gatito que actúa de forma extraña. En general, ciertas conductas de los felinos tienen que ver con un estado de estrés que está experimentando.
Por lo general, el estrés y la ansiedad en los gatos están ligados a la adaptación que el animalito debe enfrentar a una situación nueva, como puede llegar a ser una mudanza, la llegada de una nueva mascota, el nacimiento de un bebé o visitas extrañas, y muchos motivos más.
No obstante, existen otras causas que pueden ocasionarle estrés a nuestra mascota, como enfermedades, obesidad, parásitos, intervenciones quirúrgicas o viajes prolongados.
Por ello, lo primero que debemos hacer es consultar al veterinario para descartar que los motivos de su nerviosismo sean causados por algún trastorno orgánico.
A partir de allí, habrá que evaluar cuál es la verdadera causa del cambio en el comportamiento de nuestro gatito.
Además de los motivos que mencionábamos anteriormente, el estrés puede venir provocado por el aburrimiento de nuestra mascota, el cambio de la rutina diaria o la llegada de otro animal.
En general, ante esta situación, los felinos suelen marcar el territorio dentro de la casa, hecho que también ocurre luego de que se realiza una limpieza profunda en el lugar o se ingresan muebles nuevos, ya que necesita volver a marcar su territorio con las feromonas.
Los gatos realizan este marcaje de territorio mediante el acto de restregar su cara sobre distintos lugares de la casa.
No obstante, también existe la posibilidad de que el animal orine en forma de spray superficies verticales, y defeque u orine fuera de su arenero. Esto se debe a que han desaparecido sus marcas faciales, y entonces el gato tiende a reemplazarlas orinando para recuperar su territorio.
Ante un hecho como este, no hay que regañar al animal, sino ofrecerle más areneros y colocar la comida en el lugar que hace las deposiciones. Esto ayudará a que el felino cambie sus hábitos, hasta que hallemos el verdadero motivo de su problema.
Otros gatos, debido a su estrés suelen realizar un aseo exagerado y compulsivo, que puede provocarle dermatitis sicogénica, que a la vez puede ocasionarle eczemas, alopecia y lesiones autoinfligidas que pueden llegar a convertirse en verdaderas automutilaciones.
Por ello, ante cualquiera de estas anormalidades, lo mejor es consultar al veterinario para que nos oriente y pueda efectuar un diagnóstico correcto sobre el comportamiento de nuestro animalito.
En resumen, hay que estar atentos a nuestras mascotas, y si presenta los síntomas clásicos de estrés, como agitación, dilatación pupilar, posición enroscada, pérdida de pelo, higiene excesiva, agresividad, marcación de territorio dentro de la casa y deposiciones urinarias o de materia fecal fuera de la bandeja, deberemos consultar inmediatamente al especialista.