En los últimos años, los deportes donde participan los perros y sus dueños se han vuelto cada vez más populares, debido no sólo a la actividad física que implican para ambos sujetos, sino también a la ayuda que brinda para mejorar la relación entre mascota y amo. Uno de los deportes que está adquiriendo mayor popularidad en los últimos tiempos es el denominado “Backpacking”, que como su nombre en inglés lo indica, hace referencia a llevar la carga en las espaldas, es decir algo similar a la actividad de mochilero, pero con la colaboración de nuestra mascota.
Si bien este deporte suele practicarse con perros de raza Alaskan Malamutes, cabe destacar que dicha practica puede ser desarrollada junto a cualquier clase de perro.
Lo fundamental en el “Backpacking” no sólo es ejercitarse, sino también pasar un agradable momento al aire libre junto a nuestra querida mascota. Llevar a cabo esta actividad será mucho más sencillo para aquellas personas que han sido o son actualmente excursionistas o senderistas, aunque es un deporte fácil de realizar siempre y cuando nos gusten los largos paseos al aire libre.
Como complementos sólo se debe llevar una mochila equipada con todo lo necesario, que nosotros y nuestra mascota podamos llegar a precisar durante el trayecto.
Dicha mochila deberá estar diseñada o modificada especialmente para que pueda ser llevada por nuestro perro, por supuesto sin abusar del peso.
Además es necesario que la mochila posea hebillas de liberación rápida, debido a las ventajas que brinda esta función al enfrentarse a caminos con arroyos u otros peligros.
Un punto fundamental en esta práctica es el adiestramiento de nuestra mascota, con el fin de poder mantener con él una comunicación correcta, y que el can obedezca cada una de nuestras órdenes.
Esto es de suma importancia, ya que el perro deberá seguir nuestro pasos, sin alejarse, y saber identificar cuando le ordenamos que camine delante o detrás nuestro, de acuerdo con la estreches o amplitud del sendero elegido.
Los perros pueden comenzar a practicar esta actividad a partir de los seis a ocho meses de edad, y se iniciará con una carga pequeña, sólo del 1/8 del peso del perro, para luego ir aumentando, siempre sólo hasta un máximo de un 30% del peso del can.
Por otra parte, es conveniente preparar físicamente a nuestra mascota antes de dirigirnos a senderos. Para ello, puedes realizar diariamente con él cortas caminatas, variando la superficie sobre la que se transita.
Una vez en el sendero, deberemos tomarnos un descanso cada hora para recuperar energías y beber agua, tanto nosotros como nuestro querido compañero de viaje.